Ahora comprendemos la amplitud de la eternidad, su inimaginable infinitud, el caos de su estructura y nuestra propia y nimia insignificancia. Ahora hemos admitido la magnitud de los problemas a que nos enfrentamos y nuestra aparente incapacidad para afectar a los cambios a la escala necesaria para salvarnos.
(...)
Hemos encontrado al enemigo...y ese somos nosotros.
- Mark Rein-Hagen
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