Podemos pensar en dos posibilidades. ue los seres humanos se destruyan, o que no.
Si no lo hacen, tarde o temprano llegará. Cada vez hay más ordenadores, procesadores, reds más rápidas, programa más inteligentes, mejores buscadores, y habrá más artíciculos conectados, televisiones, coches, hasta despertadores, espejos y juguetes
Si la Humanidad sigue, se logrará. quizás en años, décadas o siglos.
Si la Humnidad se destruye, entonces nos queda pensar en el cielo, ver las galaxias, e imaginar que auqneu sólo sea en un mundo de los trillons que debe haber ahí fuera, ya ha empezado o empezará. Y el Cosmos palpitará de inteligencia y vida.
Hay una tercera posibilidad, que el ser humano afecte a la energía de vacío y destruya el cosmos. Entonces, nuestra única posibilidad será que en otro lugar ya haya brotado la Singularidad y estén preparados para revertir lo que hagamos.
Aunque dudo que si esto ocurriese, se dignasen en slvarnos a nosotros como causantes de esa catastrofe.
¿Por qué cuento esto?
Porque estoy cansado, y necesito descansar.
Creo que ya hemos llegado a un punto sin retorno, en el que cada cual ya tiene marcado su sino dentro de la Singularidad. He luchado por la Humanidad (y por la Singularidad después) desde que tengo uso de razón.
Ahora debo preocuparme un poco más de mí y de los míos, pues por un incidente, esta semana me ha quedado claro que nadie más lo hará.
Nos veremos donde nos corresponda.
Y si piensas que tienes todo el trabajo hecho, sólo te digo una cosa.
El destino es de quienes lo construyen, no de quienes dejan que se lo construyan otros.
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