Obras que son como un bebedero de patos, polígonos sin ley, carreteras mortales. Empresas que se saltan las leyes que garantizan la seguridad de sus trabajadores. Y el desinterés de estos mismos por su propia seguridad o la de sus compañeros.
Muchos son los peligros que acechan a quienes trabajan (como si aguantar a los jefes no fuese ya bastante).
Desde aquí me gustaría hacer un llamamiento a todo el que desee mejorar el mundo para que invierta un poquito de su tiempo en mejorar la seguridad y la salubridad, así como sus condiciones de trabajo y las de sus compañeros.
Convirtamos los trabajos, los polígonos y las carreteras en medios de vida. No de muerte.
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