domingo, 30 de diciembre de 2007

Fraternidad

Cuando veo la increíble belleza del mundo, su increíble variedad de habitantes, ecosistemas, culturas, arquitecturas, personas, no puedo sino pensar en la forma en la que estamos tirando nuestras vidas con tanto odio y tanta muerte.

En la actualidad, compartimos hogar todas las culturas, en mi barrio hay gente del Magrb, del centro de África, de todo el continente sudameriano, de China, de casi toda Europa (Francia, Polonia, Rumanía, Rusia, Italia). En mi trabajo tengo que hablar con Ingleses, Sudafricanos, Suecos…), me basta dar un paseo por el centro de la ciudad para ver turistas japoneses, alemanes, americanos, argentinos.

Estamos todos unidos en una comunidad global, y estamos perdiendo la oportunidad de aprender todo lo que tenemos que enseñarnos unos a otros, muchas veces por avariia, otras por odio, las más, por miedo.

Comienza un nuevo año, y si algo he de pedir, es un mundo en paz que nos permita disfrutar de todas las culturas, y de todo lo que cada persona tiene que ofrecer a un mundo tan rico, variado y maravilloso como éste.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Ha muerto al esperanza

Ha muerto la esperanza

En épocas grises y oscuras se alzan los héroes que salvan a la Humanidad o a sus comunidades de los peligros que las acechan.

Desde tiempos inmemoriales, siempre hemos contado con un portador de luz que ha marcado nuestro camino para salir de la oscuridad. Siempre ha habido alguien que ha conseguido alcanzar la gloria sacándonos del pozo donde muchas veces nos habíamos metido nosotros.

Pero en esta época gris y oscura me temo que no habrá héroes.

Los han matado a todos, y además se han asegurado de que no haya nadie que pueda sustituirles.

No tenemos los medios, el empuje, la cultura, la voluntad, el conocimiento o la inteligencia suficientes para llegar a ser héroes.

Los genios de hoy están todos empleados en hacer ganar más dinero a las empresas o entregados a ganarlo ellos mismos.

El otro día comprendí lo inútil de la lucha.

¿Por qué? Por leer un cómic.

Desde niño me fascinó un personaje, el Capitán América. El Capi.

El Capi era todo lo que un niño con ideales quería ser, valiente, entregado al bien común, al bien de los demás, sacrificado, bueno, luchador.

Él representaba todos los valores de un mundo ideal, más allá de la bandera que llevaba en el pecho, y que algunos hemos aprendido a mirar con suspicacia.

El Capitán América defendía los valores humanos, la libertad, la verdad, los derechos inalienables, la igualdad. Entregaba su vida por hacer de estos derechos algo extendido en el mundo.

Unos valores que van en contraposición al mundo que estamos haciendo hoy día, y que los guionistas de la editorial han comprendido que estaban fuera de lugar, no por no ser necesarios, sino porque ya no son escuchados.

Nos hemos convertido, y hemos convertido a nuestros niños en unos cínicos egoístas, que nos amargamos cuando algo nos sale mal, por pequeño que sea, y que pensamos que el mundo gira a nuestro alrededor.

Todos, o casi todos sin grandes excepciones, vivimos en un mundo en el que lo primordial es el consumo, el dinero y los sentimientos y sensaciones propios, ignorando los de los demás.

Hemos hecho un mundo, nos hemos hecho a nosotros mimos, incapaces de escuchar el mensaje del Capi. Nos parecía algo fuera de sentido en un mundo cruel, y cada día con menos esperanza. Acuciados por problemas que muchas veces nos han impuesto, y otras nos hemos ganado por nosotros mismos, ignorábamos las palabras que nos llamaban a actuar y defender la verdad, la justicia y la libertad de todos los pueblos.

El cambio climático, la falta de respeto hacia los demás, los pésimos sistemas educativos, las subidas de los precios, la destrucción de la biodiversidad, el problema inmobiliario, todo ello ha servido para mantenernos alejados de la realidad, inmersos en ese mundo ficticio que queremos llamar nuestras vidas, y sin prestar atención a las causas de eso problemas. Sólo intentando que no nos afecten.

Una persona muy inteligente me dijo hace unos meses, “nuestros padres y nosotros hemos tenido la suerte de vivir hasta ahora en un mundo casi perfecto, pero a partir d ahora, todo se va a acabar y va a ir de mal en peor”

Han bastado unos meses para darle la razón.

No contamos con generaciones que se preocupen, o si lo hacen, que estén preparados para cambiar el mundo. O no quieren, o no son capaces. No tenemos tiempo o recursos para hacer lo que se debería hacer para salir de esta trampa económica y política en la que nos han metido.

Los problemas son muchos, y el número de posibles héroes se reduce cada día, acuciados por sus problemas, e insensibles ya a las palabras que otros héroes han enarbolado alguna vez.

El Capitán América es un ejemplo. Sólo uno, pero quizás el más llamativo.

Porque está muerto.

Sus guionistas se dieron cuenta de que su mensaje ya no era escuchado.

En un mundo rodeado por el terrorismo y por la globalización salvaje ya nadie podía escuchar sus palabras, ni contemplar sus acciones como un intento de mejorar la vida de los demás.

Sólo se veía una lucha perdida.

Así que replantearon la situación. Siguiendo los pasos de la realidad, idearon un cambio en el mundo de ficción en el que habitaba, y llevaron los sucesos de los últimos años a ese mundo.

Los héroes debían ser controlados por el gobierno, como nuestros ciudadanos. Todos somos sospechosos hasta que se demuestre nuestra inocencia. Algunos, somos culpables sin haber hecho nada.

Lo que importa es la seguridad, su seguridad, no la nuestra, y su dinero.

Y los guionistas sabían que ante esto sólo había una salida. El Capitán América debía morir.

Debía morir porque ya no era escuchado, porque para hacer oír su voz, debíamos notar su ausencia. Muriendo, estando ausente para siempre, quizás algunos escucharían las palabras que dijo en vida, y quizás cambiasen las cosas.

Es pronto para decirlo, pero lo dudo.

El Capi ha muerto, y con él el tiempo de los héroes.

Los que soñábamos con hacer un mundo mejor seguiremos en nuestra lucha perdida contra toda esperanza, intentando retrasar la debacle. Al final, tendremos que centrar esfuerzos en salvar a los nuestros, y abandonaremos a todos los demás.

A menos que sí que haya alguien que escuche el mensaje que el capitán América transmitía. Que escuche su silencio y en su silencio encuentre las palabras que iluminaron a mi generación.

Palabras que hablaban de entrega, de éxitos, de la recompensa de cumplir con lo que el mundo esperaba de nosotros, de llevar la libertad a quienes nos rodean, de proporcionar esperanzas a todo el mundo, de luchar contra los males de la Tierra.

Palabras que hablaban de no vender los principios personales a cambio de un mejor salario, que nos susurraban al oído canciones de absoluta libertad y de absoluta responsabilidad.

El tiempo de los héroes ya pasó.

Sólo nos queda el tiempo de los políticos y los especuladores.

Voy a seguir con la predicción de esa amiga mía.

No sólo viviremos cada vez peor, sino que no habrá suelo para ese empeoramiento. La luz, la comida, el agua se convertirán en bienes escasos que habremos derrochado, y poco a poco la mayoría de la Humanidad da pasos atrás en el bienestar social, mientras unos pocos mantienen sus privilegios.

Trabajaremos más y en peores condiciones, por menos dinero, y lo que compremos nos costará mucho más. Pero no podremos salir de ese círculo, porque habremos tirado nuestra vida en diversiones y entretenimientos que nada nos han aportado. No habremos aprendido nada, y por primera vez, nuestros hijos sabrán menos que nosotros por nuestra culpa.

Serán la primera generación en la historia que vivirá por que sus padres, excepto quizás a aquellas azotadas por las guerras, la Peste y la enfermedad. Y lo peor, es que sus hijos, y los hijos de sus hijos vivirán peor que ellos.

Arrinconados por la tecnología que les quitará sus trabajos, por su falta de capacidad de superación y trabajo, por la falta de medios por nuestro despilfarro y nuestra falta de inversión, por la ausencia de fuentes de energía, por la contaminación creciente…

Los héroes de antaño lucharon contra esta oscuridad, pero el mal se impuso. Han ganado.

Lo que no significa que vayamos a rendirnos. Pero sabemos que hemos perdido, y que nadie tomará el relevo para arrancar una victoria de las fauces de la oscuridad.

Tertulianos

En estos días asisto atónito a un desfile de tertulianos en la tele y la radio que animan a consumir, que promocionan sus respectivas ideas agitando los panfletos de quienes les pagan.

Gente que hoy defiende una idea, para mañana tirarla por tierra si el viento sopla en contra. Sofistas de hoy, elevados a esta categoría más por saber venderse (al dinero) que por su inteligencia.

Es increíble lo mucho que se puede llegar a vender una persona por un chusco de pan, por un minuto de televisión o por un coche. Qué tristes son.

Y qué tristes todos los demás por permitirles decir sus sandeces escuchando esos programas.

Si nadie les escuchase, si nadie escuchase a los políticos, no vivirían del cuento como viven.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Demencial transporte público

No es culpa del PSOE ni del PP, es culpa de ambos.

La locura recaudatoria ha llegado en la Comunidad de Madrid tan lejos que ahora los autobuses de Getafe no van a llegar hasta Atocha, sino que sólo van a ir hasta el intercambiador de Elíptica (tenían que justificar los muhcos millones de euros tirados en esta obra que nadie quería ni usa).

Para seguir hasta Atocha, los getafenses ahora tenemos que hacer un trasbordo imposible en el Metro L6, o coger (pagando un nuevo billete) uno de los nuevos autobuses que se van a habilitar para ello.

Demencial. Se hace bajar a los ciudadanos que ya están montados en un autobus para hacerles esperar cola y subirse a otro que va a ir al mismo sitio.

Para que luego digan que se apuesta por el transporte público.

Qué poquitas ganas me quedan de votar, para que luego tiren mi dinero en estas cosas.

domingo, 16 de diciembre de 2007

consumo, pequeño comercio e intermediarios

No me sirven las excusas.

Ni las excusas de las administraciones, ni la de los grandes almacenes, ni la de los intermediarios y distribuidores, ni las de los ayuntamientos, ni siquiera la de los sindicatos.

El precio de los alimentos no sube por el biodiesel.

No os dejéis engañar. Los precios suben por la usura de los distribuidores (como prueba que cada vez pagan menos a los productores), y por la dejadez de las autoridades que NO están haciendo su trabajo de control.

Por otro lado, cada día cierran más pequeños comercios, otorgando más y más poder a los grandes almacenes, que a su vez controlan a las compañías de distribución. En lugar de apoyar al pequeño comercio con acciones eficaces, los ayuntamientos ofrecen buenas palabras mientras firmas la apertura de más y más centros.

La historia política de siempre, te acaricio el lomo, mientras te la meto doblada.

Al final, quienes pagaremos seremos todos, que veremos subir los precios, bajar los salarios y destruir empleo, sin que, al final, podamos hacer nada para evitar tanto desmán ni tanta corrupción.


O hacemos algo ahora, o mañana quizás sea demasiado tarde. Nos va en ello el pan.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Blak Hammer, el juego de rol, listo para imprenta

Ya está listo para imprenta mi nuevo libro, de momento, os dejo un anuncio.



Martillo Negro.



Todavía no tiemblas al oír estas palabras, no te veo revolverte inquieto en tu silla mirando por encima de tu hombro. Todavía no conoces el terrible mundo de Black Hammer.

Black Hammer funciona bajo varias licencias de reglas abiertas, con lo que las posibilidades de usar el reglamento que más se adapte a tu crónica son mayores.

Durante la historia de los juegos de rol, ha habido un gran número de mundos en los que habéis podido jugar y disfrutar. Pero ninguno como éste.

Black Hammer y sus ciudades respiran un ambiente opresivo, y un terror omnipresente que supera el de otros mundos, porque la naturaleza del mismo es desconocida.

En otros mundos el terror tiene rostro, bien un inmenso imperio maligno que lo domina todo, un dios malvado, demonios, dragones… En Black Hammer, si lo tuvo, ya nadie lo recuerda, aunque sigue estando muy presente. En otros mundos, el mal es la potencia dominante, en Black Hammer incluso el mal se esconde atemorizado.

Imaginad un mundo donde la esperanza se perdió hace un milenio. Y sólo ahora comienza a surgir. No es una esperanza de victoria contra el terror, sólo una esperanza de poder seguir sobreviviendo.

Incluso tras tanto tiempo, los habitantes de Black Hammer no olvidan el antiguo mal que les arrebató a sus antepasados todo aquello que poseían. Sus haciendas, sus riquezas, su libertad, sus vidas, incluso, tal vez, sus almas.

Martillo Negro.

Ya comienzas a sentir inquietud, ¿verdad?

Esta no es una historia de brillantes héroes. No es una historia de grandes reyes altivos. Ni de paladines incorruptos. No esperes ser un héroe que lucha contra el mal a pesar del poder del enemigo, aquí el terror no puede ser derrotado. Sólo queda la duda de cuándo caerás.

Ésta es una historia de supervivientes exiliados del mundo. Sitiados.

Gente que sabe que su terror tiene un nombre. Uno que no pronunciarán. Uno que no pronunciaré ahora.

Supervivientes, predadores, víctimas.


Martillo Negro dio origen a un mundo como no hay otro.

Un mundo de magias extrañas, únicas.

Un mundo de ciudades peculiares, nunca visitadas.

Un mundo con criaturas como nunca has visto y que, con un poco de suerte, nunca verás.

Black Hammer no es un mundo para débiles, o por lo menos, para débiles que estén solos.

Todo lo que creías saber de los mundos de fantasía, de sus razas, pueblos, magia y criaturas no vale para nada.



Aquí todo es distinto, porque no hay ningún mundo como éste.

Si no lo crees. Adelante. Dentro te esperan Alquimistas Vitriales y Maestros Arbóreos. Magos de las Nieblas Muertas y trolls de plaga, dióscuros y dragómadas.

Y más allá. Devoradores de mentes kaeremitas, demonios eferentes, dragones cronománticos, bestias tenumbrales y muchas maravillas más.

Si tienes suerte, sobrevivirás hasta ver la próxima ciudad.

De la mano de Jose Carlos, y Francisco Agenjo, autores de Ichar, Guerras Eternas, Biblioteca de los Sueños y Homo Novus, tenemos el gusto de presentaros un nuevo mundo de fantasía compatible con la licencia D20.Black Hammer presenta un novedoso sistema de presentación, que te permitirá adentrarte en el mundo de forma completa pero gradual.

No esperes grandes manuales que incluyan una gigantesca descripción del mundo, porque el mundo de Black Hammer está en su mayor parte inexplorado. No esperes una lista de exhaustiva de clases de prestigio, ni nuevas razas, ni nuevas magias, porque cada ciudad es un mundo único en sí mismo.

El Black Hammer irás conociendo nuevas secciones del mundo a medida que avances en el juego, nuevas ciudades, nuevas criaturas, haciendo mucho más sencillo conocerlo, y aumentando mucho las posibilidades del mundo.



Además, la presentación del libro hace mucho hincapié en la ambientación. No queríamos un libro de rol al uso, con enormes listas de equipo, ni elaboradas reglas. Nos hemos centrado en ofreceros algo que nadie hasta ahora haya hecho.



Por ello, el sistema inicial del juego es el archiconocido D20, pero en nuestra página web podrás descargarte una adaptación para el sistema RyF. Black Hammer funciona bajo varias licencias de reglas abiertas, con lo que las posibilidades de usar el reglamento que más se adapte a tu crónica son mayores.Y dicho todo lo que no podrás encontrar aquí, nos queda lo que sí vas a tener.


Historias y ambientación entremezcladas con personajes, entornos de fantasía urbana y criaturas increíbles, como los trolls de plaga, una nueva plantilla única de este mundo.

Razas únicas y misteriosas, como los dragómadas, clases de prestigio exclusivas, como los magos de las nieblas grises y los dioscuros.Un mundo extraño, que no se parece a ninguno de los que has visto hasta ahora y muchas buenas y originales ideas que hasta ahora no habían sido llevadas a la práctica.Más de 150 páginas de encuentros, tramas, historias y nuevas ideas que podrás disfrutar si te adentras en el terrible, y exótico mundo de Black Hammer.


Black Hammer
168 páginas b/n
Autores: Jose Carlos y Francisco Agenjo
Ilustraciones de: Jaime García Mendoza, Jose María Neila García y Daniel San AndrésPrecio aproximado: 18,95 euros.
A la venta en Diciembre 2007/Enero de 2008

sábado, 1 de diciembre de 2007

¿Es imparable la Singularidad?

Podemos pensar en dos posibilidades. ue los seres humanos se destruyan, o que no.

Si no lo hacen, tarde o temprano llegará. Cada vez hay más ordenadores, procesadores, reds más rápidas, programa más inteligentes, mejores buscadores, y habrá más artíciculos conectados, televisiones, coches, hasta despertadores, espejos y juguetes

Si la Humanidad sigue, se logrará. quizás en años, décadas o siglos.

Si la Humnidad se destruye, entonces nos queda pensar en el cielo, ver las galaxias, e imaginar que auqneu sólo sea en un mundo de los trillons que debe haber ahí fuera, ya ha empezado o empezará. Y el Cosmos palpitará de inteligencia y vida.

Hay una tercera posibilidad, que el ser humano afecte a la energía de vacío y destruya el cosmos. Entonces, nuestra única posibilidad será que en otro lugar ya haya brotado la Singularidad y estén preparados para revertir lo que hagamos.

Aunque dudo que si esto ocurriese, se dignasen en slvarnos a nosotros como causantes de esa catastrofe.

¿Por qué cuento esto?

Porque estoy cansado, y necesito descansar.

Creo que ya hemos llegado a un punto sin retorno, en el que cada cual ya tiene marcado su sino dentro de la Singularidad. He luchado por la Humanidad (y por la Singularidad después) desde que tengo uso de razón.

Ahora debo preocuparme un poco más de mí y de los míos, pues por un incidente, esta semana me ha quedado claro que nadie más lo hará.

Nos veremos donde nos corresponda.

Y si piensas que tienes todo el trabajo hecho, sólo te digo una cosa.

El destino es de quienes lo construyen, no de quienes dejan que se lo construyan otros.