viernes, 6 de febrero de 2009

La gente está cansada

La gente está cansada, de tanta crisis y tanta tontería.

Y se nota.

Se nota en el aire, en las empresas y hasta en las cartas de los periódicos.

En mi comunidad, en la Comunidad de Madrid, la gente está especialmente cansada de la forma es Gobernar.

No es que todos piensen que el Gobierno de la comunidad sea malo, hay muchos votantes del PP qué todavía creen en ese partido, y eso les honra. Siempre hay que respetar las ideas de los demás si ellos respetan las tuyas.

Pero cuando hablas con ellos escuchas cosas, quejas que van dirigidas a la Sanidad, a la Educacion, a los transportes, a los servicios públicos y a la privatización de estos.

Me pregunto cuanto tardará está gente en relacionar estos fallos de gestión con el modelo liberal que defiende el Gobierno de la Comunidad a capa y espada, y en contra de lo que ha demostrado la realidad.

Porque los votantes del PP siempre se han erigido como defensores de valores tradicionales, y eso, como he dicho, lo respeto, pues es una elección personal entre formas de ver la vida.

Lo que ya no puedo compartir es la visión egoísta y egocéntrica que defiende el ala mas extremista de la derecha. No puedo compartir un mundo sin valores, o mejor dicho, cuyo único valor es la adoración de uno mismo y del dinero.

No no esganiemos, o mejor dicho, seniores que votan PP, no se dejen enganiar. El amor al dinero y a uno mismo que predican los “teólogos” del neoliberalismo está tan alejado de los valores religiosos, familiares y tradicionales como de la solidaridad, la igualdad y la responsabilidad social que defendemos.

Ese sentimiento egosta que lleva a despedir trabajadores para aumentar beneficios igual que a estafar a las grandes fortunas del mundo, sin miedo a las consecuencias, es contrario a todo lo que defienden las ideas tradicionales de izquierda o derecha.

“Eso”, no se me ocurre mejor calificativo, no es ideología.

Es ser un bastardo egoista. Y son ellos los que han creado la crisis esparciendo sus sucias y erradas ideas por el mundo, y consiguiendo que el mundo le de la espalda a sus valores.

Serán por contra estos valores, a saber, la suma de los suyos y los nuestros, lo que nos saque de está crisis.

Para ello sólo necesitamos recurrir a dos cosas, respeto mutuo, y trabajo en común.
Mientras no consigamos ambas, la crisis seguirá arruinando empresas y familias, y los que se aprovecharon de nuestra falta de vigilancia para imponer sus criterios al mundo y llevarnos a todos al huerto seguirán aprovechandose de nuestra desunión.

Y la próxima crisis será peor.

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