viernes, 28 de septiembre de 2007

Cuando miro lo que hemos hecho

Hay veces en las que me maravillo de todo lo que los hombres han creado, soñado o imaginado.

Saltando los terribles actos que hemos cometido, y que espero que seamos capaces de redimir, nuestros logros parecen tan inmensos.

Pero hay otras veces en las que me asombro de nuestra ignorancia.

Creemos saberlo todo, y apenas hemos vislumbrado todo lo que este inmenso Cosmos es. Y representa.

Miro este blog, y otros similares, contemplo las webs de ciencia y tecnología, y me maravillo de nuestra prepotencia al pensar que hemos descubierto los secretos del mundo. Cuando nos falta tanto.

Tendemos a pensar que lo sabemos todo, que ya estamos listos para el siguiente paso, que en Internet está todo...

Pero ni lo sabemos todo, ni estamos listos, y para mí es patente la falta de información de la que adolece Internet.

Busco imágenes del Universo y apenas existen las mismas repetidas una y otra vez en múltiples páginas. Incluso los Google Sky, Moon, Earth y Mars son una mera sombra de lo que deberían ser.

Pienso en la cantidad de información y conocimiento que podríamos tener a nuestro alcance, al alcance de toda la Humanidad, y me maravillo de lo poca que es, y lo limitado que es su alcance.

Miro a nuestros científicos, y me asombro de cómo, donde debería ver sabios, encuentro gente de mente estrecha. Veo a nuestros economistas y empresarios, y contemplo usureros que se dejan arrastrar por sus pasiones, por sus deseos, anteponiéndolos a la grandeza que podríamos alcanzar.

Observo a los hombres y mujeres y contemplo cómo nos dejamos llevar por la vida, creyendo vivirla según nuestros deseos, sin considerar que esos deseos nos han sido impuestos.

Las raras excepciones que he enontrado en mi vida no son sino la confirmación de la regla.

Por eso, cuando miro lo que hemos hecho, la grandeza que podríamos alcanzar, y sin embargo veo la mediocridad en la que nadamos, no puedo dejar de sentir una honda y profunda tristeza.

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