domingo, 20 de enero de 2008

Preservar la cultura

¿Qué les podemos pedir a nuestros responsables políticos en materia de preservación cultural? La respuesta es simple.

Mucho más de lo que están haciendo ahora mismo.

Iglesias rurales y castillos abandonados y expoliados, códices deteriorados, libros incunables robados, catedrales extropeadas por excrementos de paloma, estatuas robadas por traficantes o destrozadas por ignorantes que no saben que lo que realmente están haciendo es destruir su propio pasado. Y sin ese pasado, no somos tan diferentes de los chimpancés de los que queremos alejarnos.

Así que sí, podemos pedir mucho más. Más dinero, más esfuerzos, más recursos, más educación para conservar un patrimonio histórico de la Humanidad.

Porque el arte y la cultura, los de verdad, son patrimonio de todos. Disfrutan igual de una catedral y sus vidrieras un turista japonés que un andaluz, ante la extraordinaria solemnidad de una mezquita, pueden estremecerse lo mismo un norteamericano, que un musulman que un sudafricano. Contemplando la hermosura llena de riqueza de los templos orientales sufren el mismo arrebato un birmano que un europeo, un argentino o un africano.

El arte, la cultura y el respeto a ellos son el lazo más fuerte que une nuestras vidas con las de todos los demás viajeros de este pequeño mundo azul que llamamos nuestro hogar.

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