jueves, 16 de septiembre de 2010

Logros

Me da mucha pena ver ciertas cosas que están a la orden del día.

Hoy nos asalta la noticia de que toda una generación de jóvenes está incapacitada para incorporarse al mercado laboral, por la crisis, y por las deficiencias que sus padres han tenido en su educación social.

Ayer eran los liberados de la Comunidad de Madrid quienes ponían el grito en el cielo por defender su derecho a no trabajar y el día 29 serán los sindicatos los que quieran defender su derecho a que los demás no ejerzamos nuestro derecho a trabajar.

Demasiada gente que confunde trabajo y esfuerzo on algo malo, cuando es, en realidad, una forma de obtener logros.

Sea trabajando para una empresa, por cuenta propia o simplemente trabajando por la sociedad, es nuestro esfuerzo por onseguir los logros máximos de los que somos capaces lo que da sentido a nuestra vida.

Olvidaos de lo que os han contado de que hay que vivir día a día, cuando muráis habréis dejado detrás vuestro el qué...¿nada?

Os han vendido la moto consumista, consumor productos, consumir amigos, consumir experiencias, consumir...dejadme que os hable de otra forma de vivir.

Una vida de responsabilidad y mejora, una vida de respeto y de esfuerzo, cuyos frutos son mucho más duraderos, mucho más importantes y tienen un impacto mucho mayor en la felicidad que consumir sin parar y trabajar y vivir para consumir.

Dejadme que os hable de una vida donde los logros abren puertas hacia nuevos logros, donde el trabajo tiene una recompensa mucho mayor que el mero sueldo a fin de mes. Donde el trabajo abre puertas a la felicidad.

Y la felicidad no depende de un producto, de un viaje efímero o de un polvo rápido.

Dejadme que os hable de logros sin par, de curar las enfermedades que aquejan a vuestros seres queridos, de alcanzar Marte, de levantar una empresa, verla crecer y prosperar, y dar empleo y crear riqueza para todos, para la Sociedad.

Dejadme que os hable sobre el mejor premio del esfuerzo en los estudios, en le trabajo, en la vida...la satisfacción de saber que lo que haces, por poco que pueda parecer, es una montaña que sirve para cambiar el mundo entre todos.

Cada día, cuando me despierto, afronto la jornada con la esperanza de sentir ese sentimiento que va mucho más allá de hacer un trabajo rutinario, con la esperanza de hacer algo, un poquito más, que cambie el mundo.

De eso es de lo que no entienden ni sindicatos ni patronales, de logros.

Ellos sólo entienden de dinero, y de su derecho a no trabajar, y de vivir a osta de los demás.

En medio, buenos empresarios, buenos trabajadores, que son apaleados e insultados por quienes no entienden que lo más importante que puede hacer una persona en la vida es dejar una huella en el mundo.

Que quienes gastan su vida entre cafés en horas de trabajo, quienes desperdician su tiempo esgrimiendo su derecho a no hacer nada y a vivir de los demás, quienes tiran su vida, creyendo que aprovecharse de los otros, sea desde el sindicato, desde la tribuna o desde un despacho de dirección, esos, merecen justo lo que se están ganando a pulso.

Que el mundo les olvide, incluso en vida.

Recordadlo, el mundo recordará a los que lo cambien.

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